Lo primero a la hora de reformar una vivienda, es poner sobre la mesa tanto los problemas a superar como las oportunidades a aprovechar. En este caso, los esfuerzos se centran en lograr una buena comunicación entre plantas y una distribución coherente de los espacios que permitan una percepción unitaria de la vivienda. Se rediseña el trazado de la escalera, respetando el hueco existente. Se plantea en cuatro tramos que desembocan, en planta baja, en el espacio de salón, cocina, comedor. De esta forma ambas plantas se relacionan de forma más directa, sin estar separadas por espacios sin uso, como ocurre actualmente.
Otro de los objetivos prioritarios es el de sacar el máximo provecho posible al jardín existente en la parte posterior de la parcela (a día de hoy poco aprovechado), volcando para ello las zonas de día a este espacio. En la parte posterior se unifica el espacio de cocina, comedor y salón, aprovechando un ventanal ya existente (pero actualmente no utilizado), para conectar esta estancia con el jardín.
Se disponen tres habitaciones. Para la habitación principal, de dimensiones generosas, se saca partido de la galería (ya existente). Las zonas de circulación se reducen al mínimo, y se aprovechan para alojar espacios de almacenaje.
