El edificio sobre el que se actúa es una pequeña vivienda, en estado de abandono, que es reformada para dar cobijo a un centro destinado al desarrollo de terapias ayurvédicas.
Del actual edificio se conservan sus fachadas, la escalera y la pequeña balconada exterior de acceso. Se eliminan de ellas todos los elementos de hormigón que desvirtuaban su imagen. La cornisa se eleva para lograr la altura necesaria en el interior. Los nuevos elementos introducidos (carpinterías, contras...) se realizan en madera y se busca que sean éstos los que introduzcan el contrapunto entre lo contemporaneo y lo tradicional.
Funcionalmente se plantea la necesidad de al menos cuatro estancias diferenciadas: una sala de espera (con zona expositora para venta de productos), una sala de masajes, una sala, de mayor tamaño, para el desarrollo de diversas actividades y conferencias y un baño con sauna para aseo y relax de los clientes. Por otro lado, desvinculado de este uso, el inmueble albergará un espacio de almacenamiento y gimnasio para los propietarios.
La distribución mantiene el espíritu de este tipo de edificios, llevando a la planta baja la estancias de servicio, cuartos húmedos y almacenamiento y dejando en la planta elevada las zonas de trabajo. La escalera interior se sitúa de tal forma que funcione como doble filtro: entre la sala de espera y la sala de masajes en planta alta y entre la parte del edificio destinada al centro y la parte destinada a uso privado en planta baja. También se consideró importante dar da posibilidad de unir la sala de masajes con el espacio polivalente con el fin de flexibilizar en la mayor medida posible el funcionamiento del local.
